martes, 17 de junio de 2008



Desertificación y pérdida de hábitat
El Problema de La Desertificación
El problema de la desertificación se asocia a la pérdida de biodiversidad lo que contribuye al cambio global
del clima debido a la disminución de la capacidad de captación de carbono y al aumento en el albedo de
superficie.
En la Conferencia de Naciones Unidas para el Medioambiente y Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río
de Janeiro, en 1992, se definió la desertificación como el proceso de degradación de la tierra (suelo) de
las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, debido a factores climáticos y actividades humanas
entre otros.
Lo complejo de la situación se debe a que estas zonas forman parte de los ecosistemas más frágiles de
todo el mundo.
A través de la historia, el ser humano asentado en estas zonas, que por lo general eran poblaciones
pobres, desarrolló complejos sistema para producir los alimentos, y reducir las amenazas de las
hambrunas debido a las sequías y la desertificación.
Hoy en día, y a pesar de los años y de los avances tecnológicos, esta situación se mantiene. De acuerdo
con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la mayoría de los 800
millones de personas del mundo que no tienen acceso a una alimentación adecuada, vive en tierras secas.
Y, la situación es especialmente grave en África, cuya superficie consiste en un 66% de desiertos o tierras
secas, y donde el 73% de las tierras agrícolas secas ya han sufrido degradación.
Mecanismos generadores de la desertificación
Desde el momento en que el ser humano llega a un ecosistema o desarrolla alguna actividad en él, ejerce
una influencia que modifica el ambiente natural.
El desarrollo tecnológico unido a una presión de una población cada día más grande, ha obligado al ser
humano a transformar intensamente los ecosistemas -en forma directa o indirecta- explotando los recursos
naturales de su entorno, en su beneficio inmediato.
Sin embargo, y hasta hace poco tiempo, en las decisiones de extracción de los recursos naturales no eran
estimados los efectos a largo plazo, ya que se consideraba que los recursos naturales eran inagotables.
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), la degradación de
las tierras y la desertificación ocurre actualmente en todo el mundo y a ritmo acelerado, amenazando con
ello la subsistencia de millones de personas.
Entre las causas de la desertificación se encuentran el cultivo y el pastoreo excesivos, las prácticas de
riego deficientes y la deforestación, a lo que se agrega las variaciones permanente del clima.

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